jueves, 31 de mayo de 2007

Dolor y Sueño, variables biológicas.


El dolor es considerado como el quinto signo vital, esto porque constituye una entidad psicobiológica, en el que se alteran entes biológicos como las “comorbilidades”, el sueño es una de ellas. Al interactuar estas dos entidades (dolor y sueño), se compromete la capacidad biológica y conducta del individuo, llevándolo a una peor calidad de vida.

No se sabe exactamente la relación neurofisiológica de ambos entes, pero se sabe que el dolor sea agudo o crónico, produce alteraciones en los patrones del sueño, manifestándose somnolencia diurna, fatigabilidad, irritabilidad, cambios de humor, mayor predisposición a los accidentes laborales y automovilísticos.

Para estudiar esta relación, el uso de una polisomnografía en pacientes que presenten cualquier situación dolorosa es la alternativa más adecuada. Consiste en registrar aspectos del sueño como la duración, estadios, fragmentación, alteraciones, además de un sinnúmero de variables biológicas, a través de electroencefalograma y electroreticulograma.

Sueño-Dolor Agudo y Crónico.

Varios estudios epidemiológicos han demostrado alteraciones del sueño en pacientes que experimentan algún dolor crónico o agudo. Pero las investigaciones sobre la alteración del sueño para estos tipos de dolores específicos, han sido escasas y casi ninguno ha incluido el uso de la polisomnografia. Además resulta difícil especificar sí los trastornos del sueño se deben sólo al dolor, porque también se le atribuyen factores como sonido ambiental, estrés secundario, el acto quirúrgico, fármacos y dosis analgésicas.

Sueño y Cefalea.

En neurología existe una clara asociación de sueño y cefalea. Según la Fundación Nacional del Sueño en Estados Unidos, un 25% de la población reconoce estos entes como un problema común.

A través de estudios polisomnográficos, se detectó en pacientes que presentan cefalea tipo tensional, una baja eficiencia del sueño, frecuente despertar y reducción de las ondas lentas del sueño en el trazado. Además, hasta un 55% de estos pacientes presentan trastornos primarios del sueño, como apnea y movimientos en las piernas. Por otro lado, a pacientes diagnosticados con apnea del sueño, les suele ser común que sufran una cefalea matinal (dolor de cabeza). Incluso se han encontrado hasta un 25% de asociación entre cefalea tipo cluster y síndrome de apnea del sueño.

La relación entre cefalea y trastornos del sueño es compleja, debido a que son múltiples enfermedades, sean psiquiátricas o médicas, las que presentan relación con estos síntomas. De manera que existe un paralelismo complejo y multifactorial entre ambos.

Sueño y Dolor Músculo Esquelético.

Estudios en enfermedades reumatológicas, describen frecuentes alteraciones del sueño y fatiga al día siguiente. Los estudios polisomnográfico, han encontrado disrupciones y fragmentación del sueño en una alta prevalencia y una baja en alteraciones primarias del sueño. La fatiga es uno de los cinco criterios mayores de remisión clínica en artritis reumatoide, estos pacientes presentan facilidad para iniciar el sueño y una eventual aparición precoz de sueño REM y con esto la reducción del tiempo total del sueño, además de presentarse frecuentes despertares.

Sueño y Dolor Neuropático.

Pacientes con este tipo de dolor, han presentado alteraciones en su sueño similares a las descritas anteriormente en dolores crónicos. Sin embargo, el trabajo en varios usos de varios fármacos (opoides), han demostrado notables cambios en la mejoría del sueño.

Dolor Respiratorio.

En el caso del asma, es frecuente que los ataques se produzcan de noche, debido a la insuficiencia respiratoria crónica que provoca dificultades para respirar y tos frecuente.


Existe una clara relación entre sueño-dolor, la segunda siempre afecta a la primera y el "efecto dominó" lleva a sufrir en el diario vivir. El problema no es sólo el dolor en sí, sino que la alteración del sueño, afecta a la calidad de vida, tanto física como psicológica y esto mismo debilita al cuerpo. A su vez lo hace más vulnerable para sentir y sufrir de dolor, lo que se convierte en un círculo vicioso, sobre todos para quienes presentan dolores rutinarios.

Este tema no se ha investigado como se debiera, y a pesar que existen métodos neurofisiológicos (polisomnográficos), que han demostrado la verdadera alteración del sueño en los pacientes con dolores, han ayudado un poco. Una mayor investigación del tema es necesario, porque estos estudios son de un carácter general y el tema de síndromes dolorosos en profundidad son complejos y multifactoriales.
Marcos Jara Baeza.
Fuente de Información.





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