"Cuando el dolor se hace insufrible y te destroza física y psicológicamente, te agarras a lo que sea". Josep Maria Ibáñez, de 58 años tiene una grave lesión en la columna vertebral, se hace tres meses llegó al cannabis con la esperanza de lograr lo que no ha conseguido con los tratamientos farmacológicos convencionales. Su mejoría en cuanto al dolor ha sido importante.”
En mundo fallecen más de 5 millones de personas cada año y la mitad de ellas con dolor. A través de ellos la ciencia ha aprendido que el dolor crónico carece de utilidad biológica y que una vez que se determina como síntoma debe ser anulado o reducido para ser tolerante al paciente. Una de las sustancias que causa gran controversia en su utilización es el cannabis o marihuana.
La planta, la cannabis sativa, ha sido cultivada por el hombre desde el Neolítico, es una hierba que se puede incorporar en alimentos que se hornean o se puede fumar. Contiene sustancias químicas llamadas canabinoides, el más conocido es el tetrahidrocanabinol o THC, este compuesto es el que provoca en las personas que la consumen la sensación de “embriagues”.
Las preparaciones más empeladas de las planta son el hachís, la marihuana y la resina o aceite de cannabis, secretado por las terminaciones de los tallos, contiene entre un 15 y un 30% de THC; la marihuana, que es la preparación seca y triturada de flores, hojas y tallos, contiene entre un 5 y un 14% y el hachís, un exudado resinoso prensado, se mezcla con tabaco y alcanza entre un 10 y 20% de THC.
Ha sido utilizada con fines medicinales por muchos años, en EEUU por ejemplo, fue legal hasta finales de los años 1930. Con el correr de los años se le atribuyo la responsabilidad de ser la causante de crímenes, locura hasta muertes y en 1970 la ley de los Estados unidos clasificó la marihuana como una sustancia con posibilidad de ser abusada y sin fines médicos.
La marihuana estimula el apetito, reduce las nauseas (en enfermos con VIH), disminuye las presión intraocular, y reduce algunos tipos de dolor. Hoy los proveedores de atención médica pueden recetar Marinol, Sativex u otros medicamentos que son una forma sintética de THC, pero no provocan los mismos resultados al tomarla como un medicamento que al fumarla, pero en ambos casos los pacientes experimentan una mejoría clínica importante en el dolor y en la calidad del sueño.
Sin embargo hoy, con prohibición de por medio, la comunidad científica sigue sin ponerse de acuerdo sobre los efectos terapéuticos de la que es, tras el alcohol y el tabaco, la droga más consumida.
En mundo fallecen más de 5 millones de personas cada año y la mitad de ellas con dolor. A través de ellos la ciencia ha aprendido que el dolor crónico carece de utilidad biológica y que una vez que se determina como síntoma debe ser anulado o reducido para ser tolerante al paciente. Una de las sustancias que causa gran controversia en su utilización es el cannabis o marihuana.
La planta, la cannabis sativa, ha sido cultivada por el hombre desde el Neolítico, es una hierba que se puede incorporar en alimentos que se hornean o se puede fumar. Contiene sustancias químicas llamadas canabinoides, el más conocido es el tetrahidrocanabinol o THC, este compuesto es el que provoca en las personas que la consumen la sensación de “embriagues”.
Las preparaciones más empeladas de las planta son el hachís, la marihuana y la resina o aceite de cannabis, secretado por las terminaciones de los tallos, contiene entre un 15 y un 30% de THC; la marihuana, que es la preparación seca y triturada de flores, hojas y tallos, contiene entre un 5 y un 14% y el hachís, un exudado resinoso prensado, se mezcla con tabaco y alcanza entre un 10 y 20% de THC.
Ha sido utilizada con fines medicinales por muchos años, en EEUU por ejemplo, fue legal hasta finales de los años 1930. Con el correr de los años se le atribuyo la responsabilidad de ser la causante de crímenes, locura hasta muertes y en 1970 la ley de los Estados unidos clasificó la marihuana como una sustancia con posibilidad de ser abusada y sin fines médicos.
La marihuana estimula el apetito, reduce las nauseas (en enfermos con VIH), disminuye las presión intraocular, y reduce algunos tipos de dolor. Hoy los proveedores de atención médica pueden recetar Marinol, Sativex u otros medicamentos que son una forma sintética de THC, pero no provocan los mismos resultados al tomarla como un medicamento que al fumarla, pero en ambos casos los pacientes experimentan una mejoría clínica importante en el dolor y en la calidad del sueño.
Sin embargo hoy, con prohibición de por medio, la comunidad científica sigue sin ponerse de acuerdo sobre los efectos terapéuticos de la que es, tras el alcohol y el tabaco, la droga más consumida.
María Paz Wagner
Fuentes de Información.
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